La limpieza de los deportes de élite: ¿es el golf la excepción?
A pocos días de que comience el Tour de Francia, vuelven a salir noticias y más noticias sobre casos de doping del pasado y del presente. Salía el nombre esta semana de Laurent Jalabert tras analizarse muestras de 1988, en la que se habría detectado la presencia de EPO. Ayer mismo, Virginia Berasategui, campeona de triatlon de larga distancia del 2003, confesaba que había tomado sustancias dopantes, tras haber dado positivo en la prueba que se disputaba en su casa y en la que era su última temporada como profesional, quedándome con la respuesta rotunda y poco habitual en estos casos, dada por un compañero de profesión como es Eneko Llanos,
Decepcion total @3vir no hay justificacion que valga,ahora nos pides perdón, no me considero una persona rencorosa pero por el momento voy a tomarme mi tiempo…
Quizás sea desconfiado, quizás sea mal pensado, pero reconozco que a día de hoy, si alguien me hiciese poner la mano en el fuego por algún deportista de élite en los que el desgaste físico sea importante, (estoy excluyendo aquí al golf), creo que no la pondría. No se en que punto de toda esta historia, el deportista dejó de ser deportista, para engañarse a sí mismo, para manipular la competición e intentar estar ahí arriba a cualquier precio, quizás con el objetivo de poder luchar, con otros que previamente han aceptado hacer las mismas trampas autodestructivas. Quizás porque el deporte en algunos casos dejó de ser deporte y si una forma de ganarse bien la vida, pero en miro al deporte de élite, y en muchos casos, considero que se ha perdido el norte.
Pero si triste es que «deportistas» de élite se dopen, no lo es menos, todos aquellos que a nivel amateur siguen las prácticas de los «deportistas» que ven por la televisión. Me sorprende, me asusta y me entristece lo cotidiano que resulta para algunas de las personas que vienen a la farmacia, el reconocimiento y nulo miedo a tomarse o inyectarse sustancias que les dan sus «entrenadores» en los gimnasios. Reventarse el hígado para lucir palmito o para ganar una carrera de regional…
Repito, no se en que punto de toda esta historia, el deportista dejó de ser deportista, donde dejó de ser importante la superación de sus límites, para ponerse otros nuevos límites basados en la química farmacéutica y en los laboratorios. Miro a deportes como el ciclismo, el cual siempre me había gustado, y no apostaría un duro, por la limpieza de todos ellos. Miro a otros deportes y me cuesta pensar que todos estén limpios, pero miro al golf, y lo veo un deporte limpio de toda esa química, limpio de esas trampas y engaños.
Quizás piense lo anterior porque el golf no es un deporte de un desgaste físico importante, en el que los resultados no sólo dependen de la condición física, si no que tiene un componente mental muy importante, al que también tenemos que añadir la habilidad del jugador. Quizás por todos esos componentes, me cuesta entender las ventajas que un golfista tendría dopándose, quizás sea porque el golf siga siendo un deporte donde la honestidad sigue presente, pero si me tuviese que poner una mano en el fuego, por la limpieza de un deporte y un deportista, no tengo dudas, de que ese deporte sería el golf.
Imagen| Uk Eurosport