El dolor de la honradez
David Higgins, jugaba esta semana la previa para el Open en un día lluvioso, finalizando su vuelta dos horas y media antes de que el último jugador finalizase, y aunque en un principio su resultado no parecía tan bueno, con el transcurso del tiempo, y después de cambiarse su mojada ropa, se dio cuenta que su resultado podría tener un sitio en el Open o al menos luchar por esa plaza en un play off.
En todo ese tiempo de espera, David Higgins además de cambiarse, también secó sus palos, aquellos con los que jugó y aquellos que se quedaron en el banquillo. Finalmente David Higgins tendría que salir a jugar un hoyo de desempate, donde pegaría un buen golpe de salida y un mejor segundo, dejándola a 15 pies de la bandera, y cuando estaba leyendo ese putt, algo le vino a la cabeza, que le hizo preguntarse ¿quité ese híbrido de la bolsa?
La respuesta es ya sabida, no lo había quitado, por lo que veía como su posibilidad de jugar en el Open se le escapaba de sus manos por un olvido, por un error que David Higgins ha asumido personalmente, como podéis leer aquí.
Me imagino ese momento, en el que a David Higgings le viene esa duda, ese momento en el que se da cuenta que su sueño se desvanece, se escapa por un olvido y no podrá jugar el Open. Una olvido que le cuesta jugar un Open, pero un olvido en el que demuestra una gran nobleza, dándonos otro ejemplo, para seguir pensando que nuestro deporte es diferente a otros, en el que es más importante ser honesto contigo mismo y con tus compañeros, que otras cosas como el resultado o poder jugar un torneo como el Open.