Rory McIlroy gana el PGA Championship, el mejor grande de 2014
Los 3 primeros torneos major que se han podido ver en 2014, Masters, US Open y Open Championship, han tenido como factor común la falta de emoción habitual de este tipo de grandes eventos de golf. En el Masters, vimos como Bubba Watson se imponía sin apenas encontrar resistencia en la última jornada; en el US Open, un paseo militar de Martin Kaymer; en el Open Championship, una victoria apabullante de Rory McIlroy, que sólo se tuvo la resistencia de un enorme Sergio García y de un magnífico Rickie Fowler.
Sin embargo, en este PGA Championship que a algunos no nos acaba de convencer, resulta que nos hemos encontrado con el gran torneo del año. A lo largo de las cuatro jornadas de esta edición, se han visto buenas vueltas de un buen puñado de jugadores, grandes golpes y movimientos en la clasificación, aunque en la segunda y tercera, Rory McIlroy amenazó con hacer de las suyas y que el domingo no hubiera opción para sus rivales.
Hubo suerte y el torneo se apretó en la jornada del sábado, la cual terminó con McIlroy de líder pero con grandes nombres amenazando el primer puesto del reciente ganador del Open Championship y Bridgestone Invitational, golfista del momento. Mickelson, Fowler, Day, Stenson, Wiesberger, Ilonen y alguno más, estaban a tiro, con opciones de amenazar a Rory McIlroy. Aún más atrás, venían otros como Westwood y Els, que tenían opciones si conseguían una buena «carga» desde atrás, cosa que Els sí que hizo, aportando un gran punto de emoción y golf vistoso.
Una jornada de domingo que tardaremos tiempo en olvidar
El domingo se puso feo el torneo por culpa del agua, provocando la meteo retrasos y parones que no beneficiaban a Rory, a quien le venía mejor una última jornada sin sobresaltos para intentar ganar sin demasiadas complicaciones. A los cambios de horario, hubo que sumar que el campo se ablandó y los rivales tenían mucha hambre de victoria, lo que propició que, una vez que empezaron a jugar los jugadores de la parte alta de la tabla, el recorrido del Valhalla Golf Club recordara a un escenario de un bombardeo la II Guerra Mundial, con buenos golpes cayendo por todas las esquinas.
Los birdies llegaban desde múltiples frentes, con jugadores escalando posiciones y que apuntaban a vueltas muy bajas. Ernie Els lanzaba un órdago bastante serio, con 6 birdies en los primeros 11 hoyos, gracias a los que escalaba hacia las posiciones más altas y animaba el torneo. Pero no era suficiente, ya que Rickie Fowler, Henrik Stenson y Phil Mickelson estaban decididos a darlo todo para destronar a Rory. Y así fue, al menos hasta el hoyo 14.
Rickie Fowler pronto se puso al mando del PGA Championship, abriendo el camino para el resto de jugadores. Comenzó con bogey en el 2, que arregló con cuatro birdies entre el tercer y el séptimo hoyo. Henrik Stenson salió enchufado y logró cinco birdies en los primeros 9 hoyos, aupándose al liderato compartido con Fowler en la mitad del recorrido. Phil Mickelson también jugó los primeros 9 sin fallo, embocando cuatro birdies que le colocaban en el trío de cabeza.
El gran rendimiento de estos tres jugadores le metió a Rory McIlroy una gran presión que lo dejó atenazado y provocó que en los 6 primeros hoyos su registro fuera de +2, aunque en el séptimo lo arreglara con un birdie magnífico para ponerse uno por detrás de Mickelson y dos de Fowler y Stenson, colíderes en ese momento. Rory aguantó el tipo y cerro unos primeros nueve hoyos bastante discretos y que no le presagiaban nada bueno. Hasta qué llegó el hoyo 10, par 5 en el que pegó un gran segundo tiro a green, dejando la bola a escaso metro y medio para eagle. Rory metía el putt y parecía que despertaba de una inoportuna siesta.
En el hoyo 13 de Rory, el PGA Championship se puso de infarto. Metía un gran birdie, con sacada de puño incluida, que le aupaba al liderato. Se ponía empatado con Mickelson y Fowler. Un gran golpe en el momento oportuno, justo después de que Stenson fallara un putt corto que le apartaba del liderato y de que Fowler fallara el green en el par 3 del 14, para firmar un bogey que le bajaba al segundo puesto. El torneo estaba al rojo vivo.
Y así estuvo hasta el final, con máxima tensión. La cosa se quedó entre McIlroy y Mickelson, en un tramo final de infarto. Fowler y Stenson acababan con pares y no llegaban a meter más presión a Phil y Rory. La clave estuvo en el hoyo 16, en el que Phil Mickelson falló y cometió bogey. McIlroy aprovechó el error y se puso líder metiendo birdie al 17, dando así la vuelta al torneo y consiguiendo una ventaja sobre Phil, que acabó siendo definitiva.
Rory McIlroy lo volvió a hacer, ganó su segundo grande del año. Victoria merecida, más aún teniendo en cuenta la gran competencia que tuvo y el altísimo nivel de los contrincantes. Hemos disfrutado viéndolo, en uno de esos torneos en los que te daba igual quien ganara porque todos habían hecho méritos para levantar el trofeo.