El impacto de la tecnología wearable sobre el jugador de golf
La tecnología wearable, es decir, esos dispositivos que te puedes colocar en el cuerpo para medir constantes y variables personales y del entorno, está en un momento bastante álgido. Se empiezan a ver aplicaciones prácticas en forma de dispositivos que van más allá de pruebas de concepto, dejando entrever por donde pueden ir los tiros en este campo durante los próximos años.
Pulseras, relojes, prendas de vestir, como esta camiseta que están ensayando estos días en el U.S. Open de Tenis, y otros dispositivos que están dotados con este tipo de tecnología, se espera que puedan aportar mucho a la vida de las personas, tanto en el campo profesional (facilitando el «siempre conectados» en el trabajo), como en el personal (por ejemplo, en el campo de la salud y el deporte).
Por ejemplo, la tecnología Health de Apple (Applesfera), presentada el pasado mes de junio, es un ejemplo de lo que esta tecnología podría lograr, en este caso, monitorizando constantes vitales de las personas, como el pulso, y recopilando información de sus hábitos para poder estimar sus necesidades en cuanto a salud (moverse más, reducir el nivel de estrés, por ejemplo) y anticiparse para detectar a tiempo posibles problemas de salud, como pueden ser las dolencias cardíacas.
Si nos llevamos esto al sector del golf, en la actualidad ya podemos ver dispositivos wearables de golf creados para ayudar al jugador. Principalmente los ay con forma de reloj y con funciones de GPS, para ayudar con las distancias, como ayuda para contar los golpes y gestionar una tarjeta. Se pueden encontrar hoy en el mercado unos cuantos dispositivos dispositivos, como los siguientes:
También existen dispositivos como Zepp Bluetooth 3D, que se autodenomina como un «entrenador de golf 3D». Viene siendo un dispositivo que se engancha al guante con el objetivo de analizar el swing del jugador y proporcionarle información sobre diferentes parámetros del swing, la cual se muestra a través de una aplicación en el móvil.
En definitiva, este dispositivo viene siendo una especie de Trackman lowcost, con la misión de ayudar al jugador durante el entrenamiento, haciendo más efectivas las horas en el campo de prácticas. Habría que ver qué precisión tiene para determinar las variables y ofrecer resultados útiles, de serlo, no sería una mala ayuda. En este vídeo, explican cómo funciona el Zepp Bluetooth 3D:
http://youtu.be/nxwQRjL8OGw
Como los dispositivos wearables de golf pueden ayudar al jugador profesional
En mi opinión, hasta ahora sólo se ha visto el primer paso de esta tecnología y aún queda mucho por ver. Los prototipos y modelos iniciales que se ven en otros sectores invitan a pensar que la cosa puede ir mucho más lejos y desarrollarse en profundidad en el sector del golf.
Por ejemplo, para los golfistas profesionales, mediante prendas de ropa que monitorice su actividad corporal, con el fin de cuantificar cómo son durante todo el recorrido sus pulsaciones, su nivel de sudoración, su ritmo de juego y otras variables clave (si es que estas lo son) que afecten a su rendimiento.
Esta información podría ser transmitida en tiempo real a un centro de información y, por ejemplo, los espectadores podríamos saber a cuantas pulsaciones se pone el corazón de Sergio García tras embocar este golpe magistral, durante esta racha de birdies o también comparar cómo van dos jugadores que se están batiendo en un duelo a muerte, como fue el de Rory Mcilroy y Sergio García en el Open Championship. ¿Cómo serían las pulsaciones de ambos jugadores y cómo sería la evolución de Rory cuando su ventaja no era tan holgada?
Toda la información anterior podría ser explotada también por los jugadores, para mejorar sus condiciones físicas y mentales en el campo de golf, lo que redundaría en una vuelta de tuerca más en el juego del golf, lo que podría hacerlo más competitivo todavía. Una tecnología como esta, podría ser incluso utilizada para mejorar los controles antidoping y ayudar a evitar a que nadie juegue una competición bajo la influencia de sustancias prohíbidas.
Los dispositivos wearables para el jugador amateur
Para el jugador amateur, los dispositivos wearables también tendrían su mercado, por ejemplo, planteando nuevos productos para ayudar al jugador a posicionarse en el campo, mejorar y a conocer distancias clave del juego (a un obstáculo, al green, etc.).
Los relojes de golf actuales son, en mi opinión, una alternativa bastante más práctica que un teléfono o un gps de golf, dado que el reloj lo llevas encima siempre y no tienes que andar sacando de la bolsa y guardando un aparato en cada golpe. No soy muy partidario de este tipo de ayudas, pero comprendo que a ciertos jugadores les pueda servir como apoyo, más que el instinto y la práctica (que cada uno elija lo que más le onvenga).
También podrían servir para ayudar a garantizar la salud durante la práctica deportiva. Por ejemplo, monitorizando las constantes para evitar accidentes cardiovasculares durante la práctica del golf, mostrando información de la radiación ultravioleta para que los golfistas puedan proceder a protegerse del sol y avisando a los jugadores para que se hidraten cuando el cuerpo requiera más agua.
Lo más importante: ¿se podrá usar tecnología wearable en competiciones?
El golf y la tecnología siempre han ido de la mano y en esto de los dispositivos wearables de golf, habrá que ver qué es lo que le interesa a este deporte y qué no. Desde luego, yo no veo bien que se permita jugar una competición con la ayuda de unas gafas que puedan dibujar las caídas en los greens, por ejemplo. Tampoco veo bien que se permitan aparatos como GPS o similares, dado que me parece que no son una ventaja real para el jugador y, además, porque ralentizan el juego.
Sí que veo bien los ejemplos comentados en los apartados anteriores, como un ingrediente más para el espectador en el golf profesional (por ejemplo, viendo las pulsaciones en pantalla), para mejorar los controles antidoping o para poder entrenar mejor y que el golf sea aún más competitivo.
Para el jugador amateur, me gusta la idea de contribuir a mejorar la salud de los golfistas, que es uno de los principales ejes por donde creo que girará esta tecnología. Claro que también triunfarán las ayudas al jugador, aunque algunas sean un placebo más que otra cosa, pero no me parece bien dejar que las competiciones amateurs, de cualquier nivel, se conviertan en un concurso de robots con prendas y dispositivos que dan todo tipo de información pero que en la práctica, para el jugador amateur, no aportan ningún valor.
Esperemos que los diferentes organismos que regulan el golf en el mundo, la USGA y el R&A se incorporen rápido al carro de esta tecnología para tenerla bajo control y que no pase como con los móviles y sus aplicaciones, que sólo por el hecho de dar información sobre temperatura o por llevar de serie una aplicación de brújula, ya podían meter al jugador en un problema.