US Open

Los festivales de birdies

Aún con la resaca del pasado US Open y con la preparación que la USGA llevó a cabo en Merion, a mi juicio resultando más dura de lo incialmente previsto por ellos mismo, debido a la imposibilidad de cortar el rough por las lluvias caídas, llegamos a nuevas pruebas del European Tour y del PGA Tour, donde los jugadores se han dado un auténtico festín de birdies.
Ernie Els acabó liderando el BMW Internacional Open con -9, firmando una tarjeta de 63 golpes y en el Travelers Championship  Charley Hoffman firmaba un 61 en un par 70. Para algunos,un festival de birdies, un auténtico espectáculo, una gozada ver jugar así a los pros…
Pero para mí, es todo lo contrario, siempre he considerado que en el deporte de golf cada uno se enfrenta al campo, y por ello, siempre he entendido, que el campo debe poder presentar retos, presentar algo de resistencia, antes de rendirse a los jugadores más talentosos y en forma del mundo, pero cuando en una sóla jornada, varios jugadores son capaces de hacer -9, -8 o -7 golpes, considero que se ha abusado del campo, que no se le  ha dejado defenderse, volviendo mi mirada hacia la evolución del material y más concretamente hacia la evolución de las bolas de golf.
Cuando veo resultados tan bajos, no puedo remediarlo pero automáticamente me salen comparativas con otros deportes, y teniendo fresco el España-Tahití de ayer, la pregunta es clara, ¿realmente fue un espectáculo?. No seré yo muy futbolero, pero tanto en fútbol como en otros deportes, entre los que incluyo el golf, el resultado tiene que estar reñido para que se vea un buen espectáculo.
La lectura que saqué del último US Open, es que si la preparación que se tiene que hacer de un campo es tan brutal como la que presentaba Merion Golf Club  para que el campo puede presentar batalla a los jugadores, nos debería  servir de aviso para reconocer que la evolución del material se nos ha ido de las manos en todo estos años, llevando parámetros como la distancia, a unas cifras que quizás no tengan ningún sentido, ya se mire desde punto del vista del espectáculo, del económico y de la propia salud de nuestro deporte.
Si, quizás es un espectáculo ver pegar drives de 350 metros con las bolas actuales, pero si se limitase su vuelo, ¿no sería igualmente espectacular ver a esos grandes pegadores reventando la bola y sacándole bastantes metros a los menos pegadores? Quizás, antes de contestar, debiéramos pensar, si en las olimpiadas o criterios de atletismo, las pruebas de jabalina vieron mermada la calidad del espectáculo, cuando se modificó el centro de gravedad de las jabalinas, para no sacarlas del estadio. ¿Hubiese sido lógico modificar todos los estadios de atletismo del mundo para que las jabalinas volasen y volasen? Además, en el caso de la jabalina, los cambios también incluían cambios de récords del mundo, como también sucedió con los bañadores de poliuretano en la natación.
La evolución del material y las distancias ha propiciado que muchos campos hayan tenido que acometer reformas, principalmente aumentando la distancia de los recorridos, lo que conlleva un incremento en los costes de mantenimiento de dicho campo. Se necesita más agua para mantenerlos, se necesitan más operarios y más horas de trabajo, lo que finalmente, se acaba traduciendo en un incremento en el precio de los green fees o de las cuotas de los socios. Si tenemos en cuenta, que el dinero es un bien escaso y por lo tanto un factor limitante, este incremento de greenfees o cuotas de los socios, también afecta a la salud de nuestro deporte, ya que una parte importante de los jugadores, habrá visto como su número de vueltas ha tenido que reducirse con el paso del tiempo.
La salud del golf no sólo se ve afectada por el incremento de precios al alargarse los campos, si no que esos campos más largos, también provocan que los jugadores tarden más tiempo en acabar sus vueltas, en un deporte, que ya es bastante exigente en el número de horas que hay que dedicarle para una partida. El tiempo, como el dinero, es otro factor limitante para el golf, resultando muchas veces complicado encontrar hueco en las agendas para poder disponer de 5 o 6 horas si tenemos en cuenta desplazamientos, hoyo 19.
Estas son las razones por las que personalmente no me gustan los festivales de birdies, porque quizás estos festivales,  me enseñan la  la punta del iceberg, ya que el problema es otro, que es el no haberle puesto límites a la evolución de la tecnología en el golf.

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