Reflexiones tras el US Open de Pinehurst Nº2 y su naturalización
Desde el comienzo de la semana de este US Open 2014 os he hablado de la impresionante reforma que Pinehurst Nº2 habían realizado Bill Coore y Ben Cranshaw, un proyecto que lo había seguido, ya que un amigo mío, Daniel Carretero había trabajado en el proceso de reforma y del que tan sólo hablaba mil maravillas.
No puedo negar que personalmente me encanta, que me parece más justo que el típico rough que tienen los campos del US Open donde tan sólo se puede meter el wedge y jugar a calle. Aquí, en una buena parte de los golpes se podía recuperar e intentar tirar a green, asumiendo más o menos riesgos en función del lie que tuvieses y de la interferencia que tuvieses. Quizás, si hubiese llovido antes del torneo, ese rough natural hubiese sido mucho más fiero y dando menos opciones. Pero eso es lo que tenían todos los jugadores.
Durante esta semana he oído o leído muchas opiniones al respecto, sobre lo justo o injusto que era su rough, sobre lo bonito o feo que eran las zonas naturalizadas o no o sobre lo feo que era ver el césped marrón en las calles de un campo que acoge todo un US Open, y una buena parte de esos comentarios, me recuerdan algunas lecturas que en su momento leí sobre el daño que había hecho al golf el Augusta National.
El mayor de los problemas no es otro, que sin querer, una buena parte de nosotros hemos fijado el standard de como tendrían que estar nuestros respectivos campos con el Augusta National. Algo completamente irreal, ya que es un campo que sólo abre durante una parte del año y cuando está abierto, es un campo con un tráfico de jugadores bastante limitado, a lo que hay que añadir, que tiene un presupuesto ilimitado para que el campo llegue a nuestras televisiones con el splendor que lo vemos cada año.
Sin embargo, nuestros clubes tienen tráfico, están abiertos todo el año y una de las mayores problemas que tiene nuestro deporte es que el precio de los greenfees es una de las principales quejas de los aficionados o gente que se acerca al golf. ¿Se parece esto en algo a la situación que tiene el Augusta National?
No os equivoquéis el Augusta National me parece una auténtica maravilla, quizás estamos ante la máxima representación de lo espectacular que puede llegar a presentarse un campo cuando se le dan todos los mimos y alguno más desde el punto de vista agronómico. Quizás, si creéis en la vida en el más allá, los campos que jugaremos en el más allá tengan el mismo mimo que tiene el Augusta National, sin embargo, los campos terrenales, en los que jugamos tú y yo por ahora, considero no sólo que no se pueden parecer al Augusta National, si no que tampoco debieran intentarlo.
Tras la reforma en Pinehurst nº2 se pasaron de 1.100 aspersores a tan sólo 450. ¿Os imagináis el impacto que ha tenido en las cuentas? Esto ha sido posible a la eliminación del sistema que proveía de agua al rough de bermuda, dejando tan sólo una línea central en las calles que riega de manera equidistante a ambos lados, lo que acaba provocando que unas zonas estén más verdes que otras en las épocas en la que llueve menos o que se les somete a un mayor stress como durante la disputa de un US Open.
Como ya decía en líneas anteriores el debate ha sido si el campo gustaba o no gustaba, si era justo o injusto, aunque quizás, la pregunta que cada uno debiéramos estar realizándonos es ¿qué tipo de mantenimiento estamos más cerca de poder permitirnos, el del Augusta National o uno en el que se minimiza el riego, fertilizantes etc… como el de Pinehurst Nº2?