¿Por qué no juegan ni un torneo 200.000 federados?
Ayer escribíamos este post en el que compartíamos nuestra opinión sobre la obligación que en España tenemos los golfistas españoles, no así los turistas que vienen, de pagar por una licencia anual aunque no queramos jugar ni un sólo campeonato.
Uno de los datos más importantes era que el 70% de los federados no había jugado durante el año pasado ni un sólo torneo de golf y, como nos habéis dejado bastante claro en nuestras conversaciones en twitter y en nuestra página de Facebook, razones parece que no faltan para que eso sea así.
Para poder entender esos números, quizás conviene ver como es la estructura de nuestras licencias dividas por hándicaps, ya que no sería ilógico pensar que a mayor hándicap menor es la posibilidad de que dichos jugadores se atrevan a dar el paso o quieran jugar un torneo. Sin olvidarnos tampoco, que 31.872 (11%) de las 276.318 licencias, no tienen hándicap, por lo que no podrían ni jugar un campeonato.
Al ver la evolución del número de jugadores en cada una de las categorías hándicap, debo reconocer que algo de optimismo me ha venido a la cabeza ya que el crecimiento de jugadores en dicho período para las tres primeras categorías es importante, +45%, +19% y +10% respectivamente, por lo que se podríamos pensar que a medida que vamos bajando de hándicap, este se convierte en una adicción, (¿os resulta conocido?) poniendo a esos que les gusta vivir así e golf , las ganas y medios necesarios para conseguir dichas bajadas.
La cuarta categoría muestra un claro estancamiento, mostrando prácticamente el mismo número de jugadores. Jugadores que tienen un hándicap entre 18,5 y 26,4, es decir, un nivel aceptable de juego, que sirve para divertirse, aunque si se quiere bajar de ahí, a mi juicio, hay que empezar a meter más horas, más clases y más esfuerzo. Pero repito, un nivel que para divertirse con los amigos, es más que suficiente, sobre todo a partir de determinadas edades.
En la quinta categoría y en la categoría sin hándicap, es donde se ha producido una verdadera sangría de jugadores, perdiendo entre ambas, un total de 65.313 jugadores. Una verdadera sangría entre los valientes que se habían atrevido a dar el paso de acercarse al golf y a los que no hemos sabido retener en nuestro deporte, cuando realmente esta categoría es la que paga la fiesta del golf.
Tras comprobar la evolución de los golfistas por categorías, parece lógico lo que decía la RFEG sobre la importancia que para ellos tenía que los jugadores jugasen torneos, ya que las categorías de primera a cuarta han ganado jugadores, y para poder bajar, es imprescindible haber jugado torneos, aunque exista también la posibilidad en alguna de las categorías de entregar vueltas válidas fuera de competición.
También se me ha puesto una sonrisilla en la cara al ver que la categoría de jugoncitos tambíen presenta un ligero crecimiento, pero la sonrisa no es más grande porque considero que lo que necesitaría este deporte es una verdadera producción de jugadores de esta categoría, sin ellos no hay futuro y un crecimiento de 1.963 jugadores, me resulta francamente escaso, por lo que todos debiéramos apoyar y de verdad al futuro de nuestro deporte.
A modo de resumen, podríamos decir que cuando se consigue bajar de la quinta categoría, las probabilidades de retener al jugador como golfista aumentan mucho. Ahora bien, ¿qué pasa con los jugadores de quinta y jugadores sin hándicap?
Para empezar a responder a dicha pregunta, quizás nos tenemos que ir a una de las principales barreras de este deporte, que no es otra que el precio de jugar al golf. Cuando eres un jugador novel, en la mayoría de los casos, estaríamos hablando de la época, en la que el golf te somete a un mayor estrés económico: los palos, la bolsa, las clases, la licencia y muchas bolas si estás muy enganchado. Tener que pagar inscripción de un torneo de unos 50-60 euros , sabiendo que es probable que te arrastres y no pases del temido rabazo, rabazo, raya, puede ser muy duro.
En mi club por ejemplo, los niños tienen un torneo mensual, y los más pequeños tiene su torneo de 5 hoyos saliendo de calle y cuando empiezan a dominar esa categoría, se les pasa a nueve hoyos, saliendo de rojas ya seas niño o niña, ya que dichas salidas están valoradas para señoras y para caballeros. Nótese que estos minijugoncitos suelen tener el desparpajo por bandera y desconocen lo que significa la palabra miedo o el sentido del ridículo.
Pero a los adultos, con sus miedos y sus complejos, los preferimos tirar directamente a los leones, desde las estacas amarillas y con el resto de jugadores, previo pago de 50-60 euros, cuando lo que quizás se podría instaurar es campeonatillos de 9 hoyos, fuera de horarios de máximo tráfico, pagando sólo el derecho de juego normal de salir al campo, y desde rojas, con lo que no sólo podrías estar metiendo el gusanillo de jugar, si no que además, se podrían encontrar con jugadores en la misma posición que ellos, por lo que podrían ser compañeros de próximas partidas o de jornadas de entrenamiento.
Intentar que esos jugadores den el salto de jugar de jugar campeonatos de 18 hoyos desde amarillas, quizás no sea demasiado buena idea, porque muchos de esos campeonatos, no resultan atractivos ni para muchos de nosotros que llevamos jugando años, como nos habéis dejado de manifiesto en los comenterios vía Facebook o twitter. Las principales razones esgrimidas son:
- Recursos limitados: con los tiempos que corren pagar 50-60 euros por jugar una vuelta de golf para algunos bolsillos puede ser demasiado, cuando jugar una vuelta en tu campo con tus amigos tiene un precio muy inferior.
- Limitación de tiempo: mientras que jugando con mis amigos las vueltas están entre las cuatro horas y las cuatro horas y media, en ciertos torneos, las vueltas se pueden ir directamente por encima de las cinco horas y media llegando incluso a las seis. Y esto, al menos para mí, ni es golf ni es divertido. Ni es algo que me quiero permitir, porque el tiempo con mi familia los fines de semana, para mi también es oro.
- Trampas: el golf puede que sea un deporte de caballeros, pero muchas veces resulta dantesco ver como después de x horas en campo donde los dioses se han aliado contigo para que hagas tres o cuatro bajo, llega alguien con una vuelta de ocho o nueve golpes bajo. Sí lo siento, para mí jugar con un hándicap irreal es hacer trampas. Sin entrar a valorar a aquellos personajes que siempre encuentran la bola bien colocada cuando van a los árboles, los que tienen lapsus de tiempo donde los golpes no suman, etc, etc, etc… ¡Qué os voy a contar que no sepáis!
- Estricto orden de hándicap: entiendo las razones que llevan a que las salidas sean por estricto orden de hándicap en los torneos, sobre todo en torneos históricos, competiciones valederas para distintos rankings y además lo comparto. Pero tampoco nos podemos olvidar, que nos queremos divertir y pasar un buen rato, y si además de que no eras capaz de mantener un ritmo de juego en tu campo determinado, me pones con alguno de los jugadores a los que nadie quiere ver ni en pintura, en vez de con amigos, pues la cosa más que llamarme me aleja.
Pero a todo lo dicho anteriormente, habría que añadirle un ingrediente fundamental, para que podamos entender porque la gente no compite. Dicho ingrediente no es otro que la edad. En el año 2016, tenemos un total de 118.490 jugadores seniors, (recordad que desde enero, los jugadores masculinos de +50 años ya se consideran seniors ), es decir, el 42.89% son jugadores de mas de 50 años. Y con el paso de tiempo, quizás empezamos a valorar más aquellas cosas que realmente nos divierten, como las risas con nuestros amigos durante la partido o que Manolito o Pepito paguen hoy las cervezas, más que un premio que quizás no te diga mucho y una copa que tan sólo la verás ese día…
Estamos hablando de un grupo de edad, donde las aptitud física ya habrá pasado sus época dorada y donde entran las personas jubiladas, que tienen tiempo libre y que por lo que veo en mi club a diario, pueden jugarse el aperitivo con sus amigos, jugando el número de hoyos que quieren, desde las barras que quieren y con las reglas que ellos quieren, sin mucho más, para pasar el rato y pasarse unas horas divertidisimas jugando al golf, sin la necesidad de pegarse 5 horas en el campo ni pagar 50 euros por ello.
Y no puedo acabar este post sin hablar del golf en familia, una experiencia única, una inversión para el futuro, que te llena de recuerdos e historias que siempre permanecerán contigo, porque por bueno que sea el premio, a día de hoy, ni tan siquiera tengo que elegir entre jugar un match con mis hijos, o jugar un torneo cualquiera, porque no hay color entre una experiencia y otra.
Los números dicen que aquellos que juegan y bajan de hándicap tienen mayores posibilidades de acabar enganchados, pero mi experiencia, también me dice que no todo el mundo disfruta compitiendo y que existen otras maneras de jugar al golf en las que uno también se divierte y mucho, para las que quizás no habría que estar federado, por lo poco o nada que les aporta a dichas personas disponer de una licencia de golf.
Pues Ovidov, no puedo estar más de acuerdo contigo. En todas y cada una de las aseveraciones que haces. En todas, menos en una. Hay jugadores que juegan con un hcp que no es el suyo y no por gusto, sino porque no consiguen bajarlo. Yo juego rondas de 87 y 88 ahora en mi club y cuando juego torneos no bajo de 99.
Cuando no compito juego relajado y suelto, no fallo los putts de 2 metros, y cojo muchas calles. Sin ir más lejos, el otro día hice 99 con cuatro rayas. En proyección 91 y bajada de hcp a 19 desde 22 más o menos… pero… 4 rayas y mantengo. No te puedes imaginar la rabia que me da no tener un hcp de 15, que creo que es el tengo por juego real.
También hay que aprender a competir y jugar con jugadores mucho peores que tú hace que te contagies del mal juego de los compañeros de partida. Yo el otro día, salía y mis compañeros necesitaban dos o tres golpes para llegar donde yo había dejado la bola… cinco horas jugando, que para mi que juego en 3, es un martirio… Suma y sigue.
Eso mismo que te pasa a tí, me pasaba a mi cuando tenía tu hándicap. Yo acostumbrado a entrenar por las mañanas y jugar 9 hoyos en pocos más de hora y cuarto, y luego en los campeonatos hacer los mismo hoyos en más de dos horas y cuarto. Me salía de swing, me desesperaba, pero con el tiempo aprendes a jugar también con esas condiciones y a templar los nervios. Y ahora mismo, en mis rondas de prácticas, sin presión, también soy capaz de jugar más bajo de lo que dice mi handicap…pero la presión…Al final el handicap se mide cuando compites en dichas condiciones.
Lo de torneos cortos es una muy buena idea, a mi ni se me ocurre meterme en un torneo de 18, pero lo que si hice varias veces el año pasado fue meterme en torneos de P&P. ¿Que no es lo mismo?, claro que no. Lo bueno, en una mañana haces 18 y en mi caso particular, la salida desde el tee con el driver no me pone de mal humor… 😉
Por otro lado, juegan muchos niños, lo que lo hace divertido (a menos que te toque un padre coñazo, haciendo de caddie) y como el nivel es similar al mio, no me siento fuera de lugar.
Enhorabuena por el certero análisis. Me gustaría añadir otra razón, la longitud de los recorridos para ese gran segmento de mayores de 50 años. Usar continuamente driver, madera y que la suerte nos acompañe, llega a ser tedioso. Por ello creo que sería bueno divulgar e implantar los torneos con el recorrido de rojas (o azules) valorado para caballeros. Muchos jugadores todavía consideran que las barras rojas corresponden a las salidas de damas, considero que no se ha explicado suficientemente que se trata de otro recorrido, con otra valoración, en definitiva casi «otro campo». Problema aparte es la valoración de los campo, que en muchos casos influye de forma sustancial en el problema que nos ocupa. En efecto, en la era que se se manejan fácilmente cientos de datos, el sistema de valoración de campos a quedado obsoleto, solo hace falta estudiarlo para comprobarlo.
Muchas gracias Antonio, pero ¿por qué consideras que el sistema de valoración de campos se ha quedado obsoleto?
Voy a comentar dos cosas de alguien que lleva muy poco, está en hcp 36 y no lo cumple.
Primero: las barras amarillas, las dichosas barras. Si yo, que con Drive mal y con madera todavía no paso de 150m me metes a un torneo me muero para llegar a green. Como dicen, madera3 e híbrido es lo que juegas durante mucho rato. De rojas acortas, facilitas y aceleras el ritmo.
Igual en niños, qué pinta un hcp54 saliendo de rojas??? Que un par 5 no lo terminan en la vida. Eso desmotiva!!
Segundo: el hándicap de juego. Hay torneos limitados a 18, otros 26, es decir que con 36 no puedes ni inscribirte. Luego, si el reglamento del torneo te lo permite, seguramente jugaras con hcp 18-20-24… No el hcp36 real que tienes. Más difícil todavía.
Si el hándicap se inventó para igualar niveles y dar opciones y emoción, ¿Porqué se corta el hcp? Para evitar la igualdad?