European Tour

Tomemos nota del torneo Made in Denmark

Ayer finalizaba el torneo del European Tour Made in Denmark, que se disputaba en tierras danesas. Un torneo con una dotación económica de 1,5 millones de euros, la misma que tuvo este año el Open de España.
Tras el Open de España, comentamos lo poco que se había promocionado la retransmisión en abierto y sus bajas cifras de audiencia, sin embargo, desde la RFEG, como se puede comprobar en este twitt, estaban muy contentos con la afluencia de público que había tenido esta edición del Open de España. Eran 15.000  espectadores en la jornada final y 40.000 durante toda la semana, cifras que están basadas en sus estimaciones, ya que no había tornos ni se contaron las entradas.
Es por ello que, cuando comencé a seguir el desarrollo del torneo Made in Denmark el pasado jueves, lo primero que me llamó la atención era la cantidad de público que había en el campo, a pesar de que el tiempo era bastante desapacible, con viento y «fresquete». De hecho, la gran mayoría de los jugadores jugaron abrigados una buena parte del torneo.
Dinamarca tiene una población de unos 5,5 millones, de los que son golfistas 152.000. Han logrado que al Open de su país acudan en una última jornada 21.000 espectadores y un total de 81.000 durante la semana que apoyaron a sus jugadores, entre los que destacaba por ranking y por el cariño recibido, Thomas Björn. A Jorge Campillo, le parecía uno de los mejores torneos por el hoyo 16 del campo, que estaba lleno de gente a rebosar y dejaba imágenes como la que publicaba en su cuenta de Twitter:


En el Open de España hubo inicialmente bastante desinformación con el precio de las entradas, que acabaron pasando a ser gratuitas; mientras que en Dinamarca, la entradas tenían un precio de 53 Euros para toda la semana. Dinamarca era la segunda vez que acogía un torneo del European Tour, mientras que en España hemos tenido hace algunos años torneos de golf por encima de nuestras posibilidades.
Quizás tendríamos que enterarnos de las medidas que han llevado a Made in Denmark a obtener uno resultados notablemente mejores que los que tuvimos aquí, siendo la mitad de golfistas y una población mucho menor. Sería interesante estudiarlas para, al menos, saber si ese modelo funcionaría aquí al igual que ha funcionado allí, pero lo más fácil de todo, siempre será echarle la culpa a la renta media de un país y otro, o simplemente estar encantado con las cifras de golfistas y de espectadores obtenidas.
Nota: al ver a los jugadores con jersey en pleno verano durante el Made in Denmark, este que les escribe, tan sólo podía pensar dos cosas:

  1. que entiende perfectamente la felicidad de los nórdicos al venir a jugar a Canarias
  2.  la suerte que tenemos los golfistas españoles por nuestro clima.

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