El U.S. Open 2013, la tensión acumulada y los malos golpes
Durante todo el U.S. Open pudimos ver como algunos fuera de límites les entraban muy fácilmente a profesionales de este nivel. Sin ir más lejos, Sergio García, durante la tercera jornada, en el hoyo 15 firmaría un 10, en ese mismo hoyo en la primer jornada había firmado un 8. Zonas de aterrizaje estrechas, con rouhg muy alto y encima fueras de límites muy cerca de la zona óptima para el aterrizaje.
Un campo que no sólo era tenso desde el tee, si no que en los tiros a green, la tenión tampoco disminuía, bunkers desnaturalizados rodeados de hierba muy alta, greenes firmes y que por la velocidad que presentaban, debías de dejarla en el sitio correcto para tener opciones. Pasarse green, errar a la izquierda o la derecha, significaba, bola en rough alta y mucho trabajo para el aproach, si querías seguir teniendo opciones de salir con el par en ese hoyo.
A todo lo anterior, hay que sumarle que era un grande, que además, durante las dos primeras jornadas, hubo parones y partidos que tuvieron que finalizar al día siguiente. Tensión, tensión y más tensión, que se va acumulando, que va haciendo mella en los jugadores, y a mi juicio, todo ese cansancio psicológico, se acabó traduciendo en golpes como el que vemos en este vídeo, como si los jugadores, hubiesen llegados extenuados psiquicamente a la última jornada. Recordad, que en ese mismo hoyo, desde el tee de salida, Steve Stricker había lanzado una bola fuera de límites. Finalmente firmaría un 8 y a pesar de él, podría finalizar en la octava posición.
Los golfistas siempre decimos que la psicología en el golf es muy importante, y a mi juicio, el U.S. Open tiene una parte importante que radica en ello. Golpes siempre tensos, no hay golpe fácil, hasta los putts de medio metro que en otras situaciones serían casi rutinarios , en un U.S. Open, hay que hacerlos con toda la atención puesta. El U.S. Open es lo que más a mi juicio, se parece a una prueba de golf de resistencia, donde hay que saber aguantar, que va a ver un muro en algún momento, como lo hay en un maratón sobre el kilómetro 30, pero en un US Open, ese muro aparecerá, cuando en un despiste o en un mal swing, haya que anotar en la tarjeta un doble o un triple bogey. Hay que ser consciente de que esos momentos llegarán, estar tranquilos y seguir jugando el golf que cada uno tenga.
Qué fácil nos resulta decirlo, que fácil debe resultar sobre el papel estar preparado para aguantar esos momentos, pero al final llegan y unos saben lidiar mejor que otros con esos momentos, esos mismos, son los que al final de las cuatro jornadas, siguen ahí arriba mientras el golf no les haya abandonado.