La organización de la Ryder Cup 2014 se apropia de las fotos y vídeos de los fans
A través de Mi Blog de Golf en Twitter, nos hemos enterado de que la organización de la Ryder Cup ha prohibido el uso de las imágenes tomadas durante el evento para cualquier fin que no sea estrictamente doméstico y privado. Esto significa, según ellos, que en el contrato que se formaliza cuando un espectador compra una entrada y accede a Gleaneagles, éste se puede ir olvidando de subir sus fotos y vídeos a las redes sociales, publicarlas en su blog o en Flickr, o vendérselas a cualquier medio que quiera pagar por ellas o cederlas con cualquier licencia libre, como Creative Commons.
Efectivamente, esto es así, como se puede comprobar en el sitio web oficial de la Ryder Cup, en la sección de Ground Regulations, en la que textualmente, la cláusula número 15 dice lo siguiente:
Images taken with a camera, mobile phone or other electronic device cannot be used for any purpose other than for private and domestic purposes. You must not sell, license, publish (including, without limitation, via twitter or Facebook or any other social media site) or otherwise commercially exploit photographs. Ryder Cup Europe LLP shall own all intellectual property rights in materials taken or recorded in the venue.
Traducido al castellano, significa:
Las imágenes tomadas con una cámara, teléfono móvil u otros aparatos electrónicos, no podrán ser usadas con fines que no sean privados y personales. No puedes vender, licenciar, publicar (incluyendo, sin limitaciones, vía Twitter o Facebook o cualquier otra red social) o explotar comercialmente ninguna fotografía. Ryder Cup Europe LLP será la propietaria de todos los materiales gráficos tomados o grabados en la sede de la Ryder Cup.
Blanco y en botella, en el texto se dice clara y explícitamente que todo el material audiovisual que los espectadores graben en Gleaneagles, será propiedad de la organización de la Ryder Cup y no podrá ser usado para ningún fin que no sea doméstico y privado. Es decir, que si te haces un selfie con un árbol detrás, la imagen de tu careto le pertenecerá a los señores de la Ryder Cup. Absurdo. Anticuado. Obsoleto. Carca.
Así que nada de hacerse una foto o un vídeo para subirlos a Facebook o Twitter y darle envidia a los colegas, compis de curro o de cuadrilla golfística. Que te vean tus padres, hermanos, amigos y hasta tu ex, pero en el ámbito privado y no en tu perfil en cualquier red social. La foto la enseñas de tapadillo y que no se note. A tope.
¿Qué objetivo persigue la organización de la Ryder Cup con esta medida?
Los responsables de la organización de grandes eventos como la Ryder Cup, en la que según sus datos estiman que pasen por Gleaneagles un acumulado de 250.000 personas a lo largo de la semana que dura el torneo, cuando no pertenecen al tiempo que vivimos, suelen pretender gestionar como en el pasado, cuando existía una obsesión por el control total de la información que se generaba.
Es como aquellos conciertos en los que se prohíbe tomar fotos o grabar un vídeo con la cámara de tu móvil. Yo lo hago como espectador y a veces, lo subo a las redes sociales y lo comento con mis amigos. Por muchos vídeos que haya en redes sociales de un artista, la gente que quiera ir a verle en directo lo hará y, además, podrá ser conocido por más personas y tener más público. Cuando estuve en la última edición del Volvo Masters en Valderrama, recuerdo que hice varios cientos o incluso miles de fotos y las publiqué todas en Flickr con licencia libre Creative Commons, tan sólo pidiendo la atribución como «pago» por el uso de cualquiera de esas imágenes.
Todo lo anterior será imposible en la Ryder Cup de 2014, según lo escrito en la cláusula 15 de las condiciones de acceso al evento. Aunque esto sea así, al menos en teoría, lo van a tener difícil de controlar en la práctica, por no decir imposible. Por mucho que desde la organización se amenace a los espectadores con acciones legales o con la expulsión del evento, mucha gente va a seguir con sus rutinas de publicar las imágenes en las redes sociales y a ver quien es el guapo que se dedica a perseguir legalmente a todo cuanto menda se dedique a subir una foto a Twitter o a Facebook.
Por otra parte, la disculpa que han dado la PGA de América y la de Europa es que así los jugadores estarán más tranquilos, cosa que no se cree nadie y que es una excusa barata más que otra cosa. Es el «no saber», el vivir en el pasado intentando explotar el que para mí es el mejor evento del mundo del golf como si siguiéramos en los años 80. Gestionar con blazer cuando toca remangarse, para que nos entendamos.
¿Qué consecuencias tendrá esta medida para la Ryder Cup?
Por más que lo pienso, la respuesta siempre es la misma: NO TIENE SENTIDO. Así, con mayúsculas. Es lo más absurdo que se puede hacer hoy en día, es ponerle puertas al campo, en este caso de golf. Una situación similar, de obsesión con las imágenes y vídeos publicados en redes sociales, la hemos vivido en el pasado Mundial de Fútbol de Brasil 2014, en el que la FIFA dedicó ingentes recursos a denunciar y pedir la retirada de todos aquellos mensajes con contenido multimedia de cualquier partido.
Incluso la FIFA exigió a Twitter que eliminara de las imágenes de perfil todas aquellas que usaran algún elemento gráfico protegido del torneo. Se llegó a la absurda situación de que personas que se habían colocado imágenes de perfil de la Copa del Mundo o de otros motivos relacionados con el Mundial, es decir, gente que estaba mostrando al mundo su interés por el evento, clientes fidelizados al máximo, se encontraron con que Twitter les tuvo que cambiar la imagen forzosamente por la de su clásico «huevito».
Absurdo y fuera de onda. Si se quiere que el evento sea popular en los próximos años, ya pueden ir cambiando el chip porque precisamente la gente que usa las redes sociales para publicar sus imágenes y vídeos, compartiéndolas con amigos y con todas aquellas personas del mundo entero que las quieran disfrutar, son buena parte de los espectadores del presente y lo serán en el futuro. Si se emplean medidas arcaicas hoy, impidiendo que estos fans hagan lo que les gusta, sin molestar, hoy hay un problema y el día de mañana, el problema será aún mayor.
Una de las dudas que me quedan es si esta medida también será aplicada a los componentes de los equipos americano y europeo de la Ryder Cup, dado que muchos de ellos son habituales en las redes sociales y generan contenido abundante y de calidad. ¿No habrá ningún vídeo de Bubba Watson o ninguna foto de Ian Poulter y Graeme McDowell? ¡No me lo puedo creer!
Conclusiones
La organización de la Ryder Cup debe cambiar el chip y no pretender ser la dueña de las imágenes que hagan sus clientes, aficionados al golf que asistirán a la Ryder Cup. Digo «pretender» porque desconozco la legislación que aplica en Escocia, pero por la consulta que he realizado a un experto jurídico, eso sería imposible en España, dado que la legislación requiere el consentimiento expreso del autor de la imagen para su cesión y poner la cláusula número 15 no es la vía adecuada para ejecutar la cesión.
Si no quieren que se suban las imágenes a las redes sociales, que no dejen sacar fotos y asunto resuelto, cosa que ocurre en la mayoría de los torneos a los que van espectadores con poca educación y así hay «pan para todos». Aunque también sería una medida controvertida y, en mi opinión, también absurda.
Hace falta menos obsesión por el control y más foco en el espectáculo. Esperemos que este asunto no lleve a nadie a meterse en lios y que no haya ningún abogado ocioso en la organización con ganas de liarla parda. Disfrutemos la Ryder Cup y que no nos mareen las imágenes y vídeos en redes sociales. Algo que ha estado muy bien en las últimas ediciones, ha sido ver cómo los jugadores del Equipo Europeo mandaban mensajes con contenido realmente bueno, dejando ver una parte humana del torneo que jamás se había visto. ¿Qué dirán Poulter, McIlroy y GMac de esta prohibición de usar imágenes y vídeos en redes sociales durante la Ryder Cup?