PGA Championship

Ganar con tu juego B: ¿cuántos son capaces de eso?

Ayer Rory McIlroy se adjudicaba su cuarto grande, el PGA Championship 2014, en una de las mejores últimas jornadas de un grande de los últimos tiempos. Espectacular por la emoción que reinaba, por el juego desplegado y por los jugadores involucrados: Phil Mickelson, Ricky Fowler, Herik Stenson y Rory McIlroy.
Durantes las dos primeras jornadas del PGA Championship seguí las vueltas de Rory McIlroy a través de la web del PGA.com, que aunque está capada para España, cambiando la IP como se comenta en este post, se puede ver, ya que Rory McIlroy era uno de los dos grupos diarios que eran restransmitidos. La sensación que me quedó tras esas dos jornadas es que el driver lo estaba pegando de maravilla y a pesar de dominar en el marcador, quizás el marcador era lo mejor, ya que sus aproachs y sus putts, le sacaban de unas cuantas situaciones de apuro.
En la última jornada parecía que Rory McIlroy no se había despertado, que el cansancio acumulado tras unas semanas de verano inolvidables podía pasar factura, pero un golpe en el 10, provocaba que el norirlandés despertase. El mismo reconoce que fue un golpe de suerte, que la bola no salió como esperaba, pero para mí, fue el momento que cambió el devenir de los últimos 9 hoyos del PGA Championship 2014. Una madera 3 de 284 yardas para guardar en el recuerdo y contársela a nuestros nietos…
Rory McIlroy aprovecharía ese golpe de fortuna firmando el eagle y acabar los 9 segundos hoyos con -4. Sí Rory McIlroy obtuvo a mi juicio una de las mejores victorias de su carrera, viniendo desde atrás  a pesar de haber salido como líder  y ante rivales de mucho, mucho peso, que además dieron todo lo que tenían y algo más. Sin ir más lejos, Phil Mickelson firmó ayer 66 golpes y firmar cuatro vueltas en un grande por debajo de 70, y aún así no ganar.
Quizás sabiendo el talento que tiene Rory McIlroy uno espera que sus vueltas sean perfectas, que no cometa fallo alguno, aunque quizás ese tan sólo sea el plan A. A mi juicio, ayer Rory McIlroy ganó con un juego que tuvo pinceladas de genio con otros que estaban algo lejos de lo que es capaz de dar en un campo, al mismo tiempo que demostraba que su cabeza estaba al nivel de sus drives, muy  bien amueblada, preparada para situaciones de emergencia como la que tuvo ayer al perder el liderato en la última jornada.
Si uno echa la vista atrás y casi sin quererlo, se acuerda de esos momentos en los que Tiger Woods era capaz de firmar vueltas muy bajas y ganar grandes torneos «jugando mal» bajo sus standards. Ayer Rory McIlroy ganó su cuarto grande al mismo tiempo que demostraba que es capaz de ganar grandes sin jugar perfecto, algo que sólo está al alcance de muy poquitos. Ante de dar comienzo este PGA Championship, ya comentaba que no le veía mucha razón a la participación de Tiger Woods, y la única explicación posible que le sigo viendo, es que Tiger Woods también pensase que a día de hoy también es capaz de ganar con su juego B como hacía años podía, algo que a día de hoy, y visto lo visto, me parece bastante alejado de la realidad.

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