Qué bonito es el fútbol cuando se parece al golf
Si hay algo que me gusta del golf es la actitud de los jugadores al aplicar el reglamento, siendo cada golfista su propio árbitro y el máximo responsable de aplicarse las reglas de golf en cada situación que se pueda dar por el campo. Conozco pocos deportes en los que los practicantes actúen de la misma manera, con el mismo tesón para que se haga justicia y que las normas sean iguales para todos, de tal manera que el resultado sea lo más justo posible.
El fútbol es uno de los que se alejan normalmente del estándar del golf, siendo el engaño y la marrullería recursos habituales de muchos jugadores, incluso de los mejores. Un piscinazo para engañar al árbitro y que pite un penalty inexistente, un balón jugado con la mano para obtener una ventaja, un agarrón de la camiseta del rival para que no salte en un corner, entre otras, son ejemplos que se ven en cualquier partido y que parecen imposibles de erradicar, pasando de generación en generación y siendo incluso copiadas por los más pequeños de la casa.
Sin embargo, hay gestos en el fútbol que dan pie a la esperanza y que invitan a pensar que es un deporte que puede cambiar, gracias a que hay jugadores que respetan sus normas igual que lo hacen los golfistas. Así lo demostraron en la Bundesliga, la primera división de la liga de fútbol de Alemania, varios jugadores en el partido que enfrentó al Nurnberg contra el Werder Bremen. en el minuto 74 de la segunda parte ganaba el Werder Bremen por 2 tantos a cero, cuando Aaron Hunt, jugador del equipo que iba por delante en el marcador, tropezó en una internada en el área rival. El árbitro pitó penalti, al interpretar que había sido falta dentro del área y sucedió algo que pocas veces han visto nuestros ojos: el jugador corrigió al árbitro, indicándole que había tropezado y que no correspondía la pena máxima.
El árbitro corrigió su decisión de inmediato y los jugadores del equipo rival le dieron las gracias cariñosamente al jugador alemán. El gesto del mediocampista del Werder Bremen no fue el único que se pudo ver en este partido, ya que Hiroshi Kiyotake, mediocampista atacante del Nuremberg, había reconocido ante el árbitro que él había sido el último en tocar el balón en una situación en la que el árbitro no lo había visto bien y había señalado lo contrario.
Una gozada ver partidos de fútbol así, en los que importa el resultado pero no a cualquier precio. Si se piensa, hay muchos jóvemes viendo estos partidos, en algunos casos hablamos de millones, por lo que tener la honradez de corregir al árbitro cuando se equivoca, incluso aún cuando te arriesgas a perder, merece la pena que tenga la máxima repercusión posible. Hoy no publicamos un vídeo de golf, temática exclusiva de este blog, pero no nos importa nada sacar de vez en cuando momenos como este, cuando otros deportes se quieren parecer al golf, en el que cada uno es su propio Pierluigi Collina.
Vía | Recursos de autoayuda, que citan una frase de William Shakespeare que viene muy a cuento en este caso: «Ser honrado tal como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil».
Pablo, gracias por el regalo. Si me considero un antifútbol, aunque haya hecho deporte toda mi vida y aún lo siga haciendo, tiene que ver con lo que apuntas. El fútbol no me gusta porque se estimulan las marrullerías, los engaños, no poniendo a 5 árbitros, cámaras, u otros controles, como han puesto otros deportes. El gol más famoso de la historía, el de Maradona, fue con la mano, y eso a los futboleros les pirra!!!!!
Si cunde el ejemplo que muestras en el acertado video, me hago futbolero hoy mismo!!!!!
Un abrazo