El golf siempre me ha parecido muy relajante
Una de las cosas que siempre se nos echa en cara a los golfistas, es que tan pronto como nos juntamos dos golfistas, no sabemos hablar de otra cosa que no sea el golf, algo que también sirve siempre para que si alguno de las personas con la que estamos no juegue al golf, se de cuenta de la pasión y emoción con la que hablamos de nuestro deporte.
Muchas de esas veces en las que una persona que no juega habla de la imagen que para él tiene el golf , acaba saliendo que para ellos una de las cosas que les atrae es que les parece muy relajante, por estar en el campo, por los paisajes, etc… No han sido ni una ni dos si no muchas más veces las que me han dicho esto sobre nuestro deporte, porque aunque sí que considero que jugando al golf desconecto por completo del resto de cosas que andan por mi cabeza, la palabra relajante, creo que nunca entraría en mi definición del golf.
Esas salidas con fuera de límites u obstáculos, esos putts de metro y medio para par que sabes que deberías meter, esas sacadas de búnquer que sabes que no puedes ir largo porque te irías al agua, esos greenes de pares 5 a los que vas de dos como si no hubiese mañana o que hablar de la manera en que vivimos los hoyos finales de una vuelta que hasta ese momento llevamos por el buen camino. Por todo esto, y por otras muchas razones, aunque disfrute como un enano jugando, aunque me ayude a desconectar, relajante, lo que yo entiendo por relajante, dista mucho de lo que yo experimento cuando juego una vuelta.
Siempre que he tenido una de esas conversaciones acabo con la misma idea, que el golf en España no sólo tiene una imagen dentro de la sociedad como deporte elitista y caro, si no que una parte de esta sociedad tiene una imagen completamente equivocada de lo que los golfistas experimentamos cuando estamos jugando, porque en buena medida, esas subidas y bajadas de tensión que tenemos durante una vuelta, ya sea por el resultado en un hoyo, por un puro que hayamos embocado o por un buen golpe que hemos dado, es lo que nos hace engancharnos a este deporte.
Pero si esa imagen o esos sentimientos no llegan a la gente que lo ve desde fuera, es más complicado que se animen a dar el paso adelante para acercarse a este deporte con el que nosotros tanto disfrutamos.