Rory McIlroy se llevo la Jarra de Clarete, que ganó en el pasado Open Championship, al Old Trafford Stadium, el estadio del Manchester United. Era el arranque de la Premier League, por lo que el momento era perfecto para que Rory se llevara una gran ovación por sus victorias recientes y también para promocionar el golf.
En el Reino Unido, el golf es una de las pasiones populares de sus habitantes, por lo que no resulta extraño que vaya de la mano con el deporte del fútbol, otro de los muy populares allí. Por tanto, la maniobra por parte de los organizadores del Open Championship, me parece bastante acertada, ya que se trata de una vía de promoción del torneo que dará la vuelta al mundo varias veces y será contada por muchos medios de todo el planeta.
Tomemos nota en España y no esperemos a que uno de los nuestros gane un grande para meter el golf en el Bernabeu o en el Camp Nou, o en cualquier otro estadio. Aquí se promocionó el golf en los estadios de fútbol con eventos como el de 1983, en el que Severiano Ballesteros metió la bola en el campo desde fuera del Estadio Santiago Bernabeu, y luego se dedicó a dar una exhibición con todos los golpes mágicos que él era capaz de imaginar y pegar. Lo contaba Chiki Trillo en Marca hace unos años. Gonzalo Fernández-Castaño hizo algo similar en 2011, pegando una bola por encima de la cubierta del mismo estadio.
¿Por qué no nos llevamos el Open de España a uno de estos grandes estadios? ¿Por qué no aprovechamos para darle un baño de masas a los Jiménez, García, Olazábal, Fernández-Castaño, Larrazábal, Cabrera-Bello y compañía, cada temporada en sus estadios favoritos? ¿Está perdiendo el golf español una gran oportunidad?
Vía | Daily Mail
