La necesidad de tener cabeza
Algunos le llamamos, cabeza, otros quizás prefieran llamarlo confianza, otros fe o incluso actitud, pero en los últimos días, hemos podido ver claros ejemplos de la importancia que una buena cabeza puede tener en el golf.
El primer ejemplo es Carlos del Moral, que se imponía en la final de la Escuela que de disputaba en el PGA de Cataluña con una ventaja de 5 golpes.Finalizar una vuelta tan estresante como lo es la final de la Escuela con vueltas de 63, 65 y 67 , no sólo dice mucho de su juego, si no de la confianza con la que se ha debido encontrar en un campo como el PGA de Cataluña. Mantener el nivel que mantuvo durante la última jornada, a sabiendas de que la tarjeta estaba casi en el bolsillo, aunque la calidad de esa dependía del puesto final, no tiene que haber resultado nada fácil, pero debiera servir, como un punto importante en el que forjarse su futuro en la próxima temporada en el Circuito Europeo.
El segundo ejemplo, no puede ser otro que en el Henrik Stenson, que tras más de 5 años sin haber ganado una prueba, ha firmado un año 2013, prácticamente inmejorable, llevándose la Fedex Cup y el Race to Dubai, además de imponerse en el torneo final de cada una de ellas. Simplemente brutal, un jugador que durante algunos años lo hemos visto muy lejos del lugar que por el nivel que previamente había atesorado, pero que ha vuelto con una fuerza espectacular. Un jugador que llegado el momento podría haber dudado o pensado en el pasado, pero tan sólo nos ha mostrado fe absoluta en su juego.
Para mi, el jugador del mundo que más en forma está actualmente y que espero que dicho nivel aguante para la Ryder Cup, porque sin duda, podemos estar hablando de un jugador muy importante para Europa, no sólo por su juego, si no por la espectacular relación que mantiene con jugadores insignia del equipo europeo como Ian Poulter, al que le ganó su apuesta de 100 dólares y ser su camarero todo un día, aunque esta última parte, ha sido condonada por el sueco.
El tercer ejemplo es Robert Karlsson, un jugador que la pasada temporada no pudo mantener la tarjeta del PGA Tour y que ayer, en el OHL Classic en Mayakoba, salía como líder, pero que los hoyos 12, 13 y 14, veía como la idea de volver a conseguirla mediante una victoria se desvanecía, al firmar dos bogeys seguidos y un doble bogey. Reconozco, que al ver a un jugador de su talla, en un momento importante, pegando la bola cómo le pegó ayer en esos hoyos, me resultó complicado de ver, por lo dureza del momento, aunque Robert Karlsson, logró esquivar la entrada en barrena, finalizando en el top 10, lo que le da otra oportunidad de jugar en el PGA Tour y seguir acumulando dinero. Pero aún así, y dentro de lo afortunados que son por poder llegar hasta ahí, son cosas del golf que no me gustan verlas.
A todo ello, le podemos sumar la actuación de Ian Poulter en Dubai, luchando como un jabato, y dando otra muestra, de lo importante que es creer en uno mismo, ya que es un claro ejemplo de jugador que consigue mucho más de lo que su calidad de bola nos podría indicar, aunque bien que nos gustaría pegarle sólo como él.