Las reglas están para ayudarnos, por Nicolas Colsaerts
Nicolas Colsaerts ataca un par cuatro desde el tee de salida, la bola sale a la izquierda y acaba entrando en el hazard, lo que en match play, casi siempre significaría perder el hoyo, más aún si estás jugando contra un buen jugador como es Graeme McDowell. Ahora bien, ¿quién no ha escuchado eso de que las reglas en el golf están para ayudarnos?
La bola entra al hazard sobrevolando el baño, por lo que Nicolas Colsaerts decide que dropará la bola por donde entró al hazard, siendo ese punto justamente dentro del baño, por lo cual se puede aliviar. El punto más cercano de alivio del baño resulta ser el camino, desde donde se podrá aliviar nuevamente, jugando el tercer golpe desde el verde y finalmente sacando un par que le serviría para empatar un hoyo.
Sin lugar a dudas, este baño en los años que lleve en el recorrido habrá aliviado a muchos jugadores que lo necesitaban, y Nicolas Colsaerts también lo ha utilizado para aliviarse.
Muchos golfistas aficionados no conocemos bien las reglas y no tenemos excesivo interés en conocerlas a fondo. Personalmente considero muchas de las reglas de golf injustas y absurdas, como por ejemplo, poner dos golpes de penalización a un jugador que está a punto de ejecutar el putt si se mueve la bola, aunque no sea por causa del jugador. Que la reponga y ejecute su golpe sin penalidad es lo que considero razonable.
En cualquier caso, estoy de acuerdo en que conocer las reglas puede ahorrarnos algún golpe que otro en un torneo.
Manuel tengo una buena noticia que darte, ya que a la regla 18.2-b se le añadió una nueva excepción a lo largo del 2012 que dice así:
Excepción: Si se sabe o es prácticamente seguro que el jugador no causó que su bola se
moviera, la Regla 18-2b no se aplica»
Ovidio, gracias por la aclaración. Parece que el sentido común comienza a imponerse en las reglas de Golf.
Ahora sólo falta que permitan a los caddies llevar la bolsa con un carrito, eléctrico o manual. No puedo evitar sufrir cuando veo a caddies mayores o mujeres cargando a toda pastilla una bolsa que pesa más de 25 kilos. En el siglo XIX lo puedo entender, pero ahora es puro «si mi amo» disfrazado de tradición. Y no, el argumento de que con la bolsa al hombro el caddie llega a sitios donde no llegaría con el carrito no es suficiente justificación.