PGA Tour

El peligroso club de los golfistas 300/60 que fundó John Daly

Habla esta semana el PGA Tour sobre la evolución de la estadísticas de los grandes pegadores, poniendo el foco en el selecto grupo de los que alcanzan con el driver una media de 300 yardas (274,3 metros) o más y cuentan con una eficacia de al menos un 60 % a la hora de coger calles. Sí, has leído bien: hay golfistas del PGA Tour que son capaces durante una temporada completa de promediar drives de 300 yardas y poner 6 de cada 10 veces su bola en calle y por lo que cuenta el PGA Tour, cada vez son más.
Cuentan en el artículo del PGA Tour, firmado por Rysn Smithson y Bill Cooney, que todo empezó con John Daly (el pobre Lion, como siempre, sospechoso de todo…), cuando en 2001 fue capaz de liderar las estadísticas de promedio de pegada con el driver, alcanzando 306,7 yardas (280,5 metros) y con una eficacia del 60,68 % cogiendo calles. El primer 300/60 de la historia, un hito en el mundo de los longhitters, como les llaman los angloparlantes a los más pegadores.
Este hito de Daly casi lo estropea Tiger Woods, ya que en el año 2000 logró un registro estratosférico de 298 yardas de media con el driver y un 71 % de calles cogidas, quedándose fuera del club 300/60 por muy poco, apenas dos yardas. Ese año, como comentan Smithson y Cooney en su artículo para el PGA Tour, Tiger Woods ganó el US Open con 15 golpes de ventaja sobre el segundo, lo cual indica que Tiger jugó otro campo bien diferente al del resto de pros, gracias a su pegada bestial y a su gran eficacia cogiendo calles.
Al club 300/60 se han ido uniendo más jugadores, tras su «fundación» por John Daly Este es el caso de Vijay Singh, Tiger Woods, Bill Haas y así hasta un total de 38 jugadores del PGA Tour. Entre todos ellos, destacan dos casos:

  • Keegan Bradley: ha logrado mantenerse en el club 300/60 durante 4 temporadas consecutivas, desde 2011 hasta 2014.
  • Bubba Watson: ha logrado el mejor registro hasta ahora, abriendo el nuevo club 310/60, gracias a sus 314.3 yardas alcanzadas de media y un 60,5 % de efectividad cogiendo calles.

La duda que me entra a estas alturas, viendo estos dos últimos casos, es hacia dónde evolucionará este club. ¿Seguirán siendo más largos los golpes con el drive? ¿Se frenará esta evolución pero mejorará la eficacia cogiendo calles? ¿O ninguna de las anteriores, si los organismos rectores del golf a nivel mundial, RANDA y USGA, deciden poner nuevas limitaciones al material para volver a un golf más natural, basado en la estrategia y no tanto en la fuerza.

¿Peligra el golf «de siempre» por culpa del club de los 300/60?

Resulta bastante interesante ver cómo ha evolucionado esta estadística de jugadores 300/60 porque me parece todo un indicador de la realidad hacia la que se ha encaminado el golf en los últimos años. Este es uno de esos KPI’s que sabes que te están diciendo algo importante y puede que sea el dato que nos faltaba para ver por donde empezamos a poner un poco de orden en el material de golf. De no actuar ahora, podemos encontrarnos en un futuro cercano ante un escenario en el que el golf sea un deporte en el que prime más la fuerza física que la habilidad y la inteligencia, factores que han sido claves desde siempre.
Está bien que los palos y las bolas evolucionen, pero tal vez sea la hora de poner nuevos límites y frenar los avances que permite la tecnología con cada nueva generación de palos y bolas. Hay campos que se están quedando pequeños para muchos grandes jugadores y los festivales de birdies o los pares 4 que se cogen de uno con cierta facilidad, igual no son tan buena idea. ¿Queremos ver hoyos en uno en pares 4?
Además de disponer de un mejor material de golf, tiene mucha importancia la excelente preparación física que tienen hoy en día los golfistas profesionales. También los nuevos métodos y sistemas de entrenamiento, como Trackman y Flyscope, que hacen que se pueda sacar petróleo de cada sesión de prácticas y lograr un swing más consistente en un tiempo menor que con la enseñanza tradicional.
En mi opinión, no se debe ser alarmista en este tema porque esta evolución vemos que también tiene lugar en otros deportes. Por ejemplo, si nos fijamos en los marcadores de los partidos de baloncesto de los años 50 y en los de hoy, la eficacia anotadora y la fortaleza física de los jugadores hace que el basket sea otra cosa muy distinta.
Aún así, opino que debería estudiarse este avance en pegada y eficacia cogiendo calles, averiguando la causa raíz que las genera para proponer nuevas reglas de golf que nos lleven a un escenario en el que los campos de golf sigan siendo protagonistas de cada vuelta que se juegue en ellos. Basta ya de pares 5 en los que se tira a green con un hierro medio o alto, de pares 4 en los que se puttea o chipea de segundo y de que la solución sea un exceso de propuestas de hoyos riesgo/recompensa, ya que con esas cifras de pegada y eficacia, por mucho lago o bunker que se pongan, poco se soluciona. ¿O resulta que en realidad no es tan relevante el driver?
PD: ¿O sí?
Bonus: Como la discusión está asegurada, aquí va un vídeo en el que puedes ver un drive pegado por Bubba Watson, en el que manda la bola ¡a 424 yardas! (388 metros)

Vía | PGA Tour

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4 Comentarios

  1. Desde el 2004, las medias de distancia con el driver en la PGA, no se han movido. Lo que si ha sucedido es que hay más jugadores que son capaces de hacer esas distancias (capacidad y preparación física probablemente). Donde el material más ha ayudado, en contra de lo que todos pensabamos, no es en la distancia, sino en la mejora del porcentaje de calles cogidas sin perder distancia.

  2. En efecto la clave es cruzar datos. Pero sorprende que los datos y estadísticas nos lleven a pensar que la ganancia de distancia que muchas marcas nos prometen, haya que ponerla en cuarentena (al menos en estos últimos 10 años). Por otra parte, vemos que cuando juegan en campos tipo Medion, sus distancias medias descienden brutalmente, y el driver ya no tiene tanto peso sobre el juego como en otro tipo de diseños y/o preparaciones. Quizás la solución sea hacerles jugar en campos que representen un autentico reto a sus capacidades.

  3. Claro, la clave está en la pareja «distancia máxima» y «precisión», que es la que está mejorando peligrosamente. Cada vez son más jugadores los que son capaces de pegar más largo que 300 metros con una precisión igual o mayor del 60 %. La media no la veo relevante, dado que es un indicador que provoca que se diluyan muchos posibles problemas. Aquí se consideran lo que se llama «outliers», es decir, valores extremos porque pegan mucho más que la media.

  4. Eso, de momento, se soluciona estrechando las calles y dejando roughs un pelín más altos, al menos los grandes pegadores tendrán la duda de si pegar un cañonazo o jugar de manera más conservadora.

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